La investigación teórico-práctica que llevo a cabo en la maestría
se titula Álbum de señoritas. Fotomontajes críticos sobre la condición
femenina, propone la creación de una serie de fotomontajes que articule una crítica
sobre la representación visual estereotipada del cuerpo femenino y los roles
sociales asignados a la mujer en el contexto del México moderno y contemporáneo.
Para recabar las unidades de montaje que conformarán la serie de fotomontajes
debo crear retratos del cuerpo de mujeres que representan la materia subjetiva
y concreta de la experiencia de lo femenino.
La producción que presento este semestre es la serie Cuerpo
complejo. La negación y el ocultamiento del cuerpo son pruebas elocuentes de
una relación conflictiva que se establece con una misma. La serie expresa el
deseo de reconocer el origen del sufrimiento, identificar la forma en que ha
afectado en la construcción de la identidad y en la experiencia vital.
Cuerpo complejo busca visibilizar los complejos que son el
resultado de las exigencias sociales divulgadas y perpetuadas por el mercado,
los medios masivos y la cultura. Se trata de evidenciar la violencia ideológica
que reproducimos en nuestro cuerpo. En este caso, la visibilidad del complejo
se concibe como una estrategia para desarticular los preceptos que norman y
homogeneizan.
Para realizar la serie envié una invitación por correo electrónico
a todas mis conocidas, a las que consideré que podría interesarles el proyecto.
La participación consiste en una sesión fotográfica y una entrevista video
grabada sobre el o los complejos que tienen sobre su cuerpo. Hasta el momento,
17 mujeres me han confirmado su deseo de colaborar.
Definí el método para realizar los retratos e identifiqué
aciertos y errores en el proceso creativo, a nivel existencial, técnico y
expresivo. La primera pregunta que me debía responder era cómo retratar los
cuerpos de las mujeres, desde qué punto de vista. Me preocupaba la idea de que
mi mirada fuera como de antropóloga distante, que las fotos evocaran esos retratos
en que “el otro”, indígenas o prisioneros, son identificados, estudiados y
catalogados. Aunque sí busco un estudio sobre el padecimiento y significado de
los complejos sobre el cuerpo, quiero establecer con la cámara y con las imágenes
una relación de diálogo con las mujeres que retrato. De ahí la importancia
estratégica de la entrevista, por varias razones.
Descubrí que la forma en que podía luchar con este fantasma de
que los retratos no salieran bien y objetivaran a la persona, era planteándole
a cada una que propusiera con libertad cómo posaría y qué quería que fuera
retratado. Las sesiones las celebramos entre octubre y noviembre. Los retratos
son realizados a partir del diálogo, de una interacción que se expresa en la
documentación audiovisual y fotográfica. La entrevista se torna una charla,
ciertamente dirigida, pero en la que identifiqué la importancia de dejarlas
explayarse, porque su testimonio oral y la forma en cómo van articulando sus
respuestas, sus reflexiones, es de suma importancia. Gracias a las entrevistas
encontramos líneas que trabajar en la sesión fotográfica y por lo tanto, los
retratos están influidos por lo que cada una dice de sí misma. En consecuencia,
ambos registros están interrelacionados y juntos es que adquieren una dimensión
elocuente del complejo retratado.
Las sesiones del taller fueron muy útiles por múltiples razones.
En primer lugar me metió presión para producir y no quedarme en ideas. De modo
que presentar los avances y escuchar las críticas de mis compañeros y profesor
me alentó a continuar la búsqueda del sentido de mi trabajo. En segundo lugar,
fue fundamental el apoyo brindado por el maestro Estanislao para la realización
de los retratos en el estudio de San Carlos. Con libertad pude hacerme cargo,
por primera vez en mi vida, de una sesión en estudio.
Debido a que mi investigación se dirige al estudio de los medios
masivos y en vista de la importancia que le otorgué a la relación entre imagen
y texto decidí que el soporte ideal de esta producción era una revista. Por
tanto, presento el primer número, edición otoño 2012, con los retratos
realizados a las primeras cinco mujeres con las que he trabajado.
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